El 'Eje de la Resistencia' y la escalada del conflicto en Oriente Medio
- Adam Diaz Garriga
- 29 ene 2024
- 7 Min. de lectura
Los ataques a cargueros en el estrecho de Bab El Mandeb y la actuación de Estados Unidos e Irán comienzan a ser claves para resolver un enfrentamiento encubierto en la región
Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre en la Franja de Gaza, Oriente Medito vuelve a ser una olla a presión subordinada a las órdenes de grupos radicales, dictaduras y de teocracias. Todo ello, con unas potencias de occidente que tratan de actuar como mediadoras de un conflicto imposible de remediar diplomáticamente, y bajo la atenta mirada de unos Estados Unidos que "juegan a dos bandas".
Desde noviembre, la guerra no solo se disputa en Gaza, sino de manera encubierta entre los países de todo Oriente Medio y potencias con intereses económicos y políticos en la zona. 'El Eje de la Resistencia', como se hace llamar la coalición entre Irán, Líbano (Hezbolá), Irak (Chiítas), Yemen (Hutíes), Siria y Pakistán, volvió a la actividad para oponerse desde el principio a la opresión israelí sobre la Franja de Palestina, miembro parcial de la alianza (reconocida solo por Hamás). Si algo caracteriza la coalición, es la diversidad de los estados que la componen y sus diferencias ideológicas y religiosas, con un entramado de etnias y organizaciones que, entre el caos, coinciden en una cosa: su odio a Estados Unidos y al estado de Israel.
Gaza ha sido el activador para poner de acuerdo a gran parte del Medio Oriente en su lucha para "contrarrestar la influencia de Estados Unidos en Occidente", según el portavoz libanés de Hamás, y frenar los pies de Israel de una vez por todas. Por este motivo, la guerra ha comenzado a disputarse más allá de las fronteras palestinas y gazatíes, para focalizarse principalmente en el Mar Rojo y presionar a ambos países ante la amenaza de un posible conflicto regional, o incluso mundial.
PRESIÓN HUTÍ
Desde noviembre, cargueros internacionales supuestamente relacionados con Israel están siendo atacados en el estrecho de Bab El Mandeb, cerca del Canal de Suez y en el Golfo de Adén. Algunas de las empresas navieras más importantes del mundo, entre ellas Maersk, MSC o British Petroleoum (BP) (BBC) han decidido cambiar la ruta y cruzar por el sur de áfrica, alargando cerca de 14 días los viajes convencionales hasta puertos europeos.

Mapa de 'El Independiente' - Enero, 2024.
Los ataques provienen desde la costa oeste de Yemen, dominada por los hutíes, una organización militar religiosa que domina gran parte el territorio desde 2014 (también la capital del país, Saná) y que es parecida a Hamás, pues tiene el beneplácito de parte pueblo yemení tras derrocar un gobierno dictatorial años atrás (2012). Los hutíes fueron declarados como grupo terrorista por Estados Unidos en enero de 2021, convirtiéndose en "aliados diplomáticos" en febrero del mismo año con la entrada de Joe Biden al poder.
Debido a esto, se mantuvieron con un perfil bajo en la zona hasta el despliegue terrestre de Israel sobre Palestina. Desde 2004, con la muerte de su líder, Houssein Badredin Al Huzi (de donde proviene el nombre 'hutí'), el grupo militar ha crecido de 2.000 efectivos hasta una estimación de 120.000, según fuentes oficiales, convirtiéndolo en una gran amenaza que, ahora, se manifiesta tras el ataque.
Su antiamericanismo les incita a celebrar cada misil, dron o bala que impacta en los cargueros y que, progresivamente, posiciona a Estados Unidos entre la espada y la pared para evitar un conflicto directo con el 'Eje de la Resistencia'. Israel, las empresas afectadas y los países de occidente piden a los estadounidenses una reacción, por un lado, diplomática. Por otro, militar.

Mapa de 'El Independiente' - Enero, 2024.
Según fuentes del ejército hutí, desde el 19 de noviembre han lanzado 200 drones y 50 misiles contra embarcaciones; También se viralizó el secuestro del barco Galaxy Leader israelí por parte de sus fuerzas, convertido en atracción turística junto a sus prisioneros; Y advirtieron que, en solidaridad con Palestina, "atacarían todos los barcos con destino a puertos israelíes, sin importar su nacionalidad".
La presión hutí es solo una de las que enfrentan los americanos. Para entender la importancia de sus ataques en datos: El Mar Rojo alberga el 15% del comercio marítimo global (8% del comercio de cereales, 12% del petróleo y 8% del gas natural licuado - 'El Independiente) y el 30% del tráfico mundial de contenedores, siendo una ruta esencial entre Asia y Europa. Sus ofensivas han provocado que el 20-30% del comercio se desvíe y no tome esa ruta, afectando a la economía mundial (-1.3%) y a más del 40% a las ganancias de Egipto, país propietario del Canal de Suez.
EE.UU. respondió a los ataques en diciembre creando la 'Operación Guardián de la Prosperidad', en colaboración con Reino Unido y 11 países más como apoyo "no operacional" (Alemania, Baréin, Australia, Canadá, Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Grecia, Singapur, Seychelles). La coalición, que también cuenta con apoyo israelí, ha lanzado ataques a objetivos concretos en Yemen desde el 10 de enero y está liderada por Joe Biden y Rishi Sunak.
Esta guerra secundaria entre americanos e ingleses y hutíes no parece tener fin mientras Israel siga teniendo apoyo económico, armamentístico e institucional en Gaza. Este domingo, los hutíes reivindicaron un nuevo ataque en el Golfo de Adén, alcanzando con un misil naval al buque Lewis B. Puller americano. Y de nuevo, se espera respuesta con la justificación de "mantener el comercio internacional a salvo" y evitar una Ucrania 2.0 en cuestiones de mercadería y economía mundial.
IRÁN Y MOVER LOS HILOS
Los ataques hutíes están bajo la atenta mirada de Irán, la potencia más influyente del 'Eje de la Resistencia'. El país del norte, que está tratando de hacer realidad sus aspiraciones armamentísticas nucleares, es el principal inversor e impulsor de las fuerzas del Eje, especialmente de Hamás.
Tras lo sucedido el 7-O, Irán advirtió de las consecuencias de los ataques israelíes y reactivó los planes de la coalición, calificándolo como una "posible acción preventiva" según el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian. Desde entonces, el grupo chiíta yemení ha sido el más activo, seguido de los conflictos fronterizos que ya se mantenían en el Líbano desde antes de la guerra.
Con las etnias suníes (Hamás) y chiítas (el resto de la coalición en su mayoría) unidos por la causa palestina, Irán mueve los hilos con un objetivo propio, según el periodista de la BBC, Kayvan Hosseini: "aumentar su influencia política en el Medio Oriente a través del apoyo a diferentes países". Esta influencia se ha consolidado entre los pueblos de estos países, quienes muestran su apoyo a las acciones iraníes para derrocar las iniciativas americanas en occidente o cualquier tipo de ataque hacia sus aliados.
Ahora bien, a pesar del gran poder de Irán, estos se ven limitados por las posibles consecuencias a escala mundial que puedan provocar con un enfrentamiento directo con Israel o con Estados Unidos, de la misma manera que si alguno de sus aliados en el Eje lo hace, aunque sea a través de una orden indirecta. Eso explica por qué, a pesar de los ataques americanos en el Líbano (Beirut y Rafah) en enero contra dirigentes de Hamás, no haya habido respuesta.
De nuevo, observamos una guerra encubierta, que va mucho más allá de Gaza y mucho más allá de "objetivos concretos". Es una guerra de contención, pues Irán resiste las embestidas americanas en "su propio territorio", y solo puede actuar a través de agentes más débiles e insospechables, como son los hutíes. Y a penas, sin mover parte de su ejército (más de un millón de "posibles combatientes"), ni movilizar a la Hezbolá libanesa en Gaza (una de las fuerzas más potentes del Medio Oriente), ya han causado estragos y tensión.
La teocracia de Irán ha escogido la cautela, además, por la reciente indignación de su pueblo tras la muerte de Mahsa Amini, que movilizó a millones de personas. Cualquier movimiento que debilite al país, más allá del apartado militar, también puede ser determinante.

El Eje de la Resistencia - Imagen de creación propia.
PRÓXIMOS MOVIMIENTOS
Con un Eje a la espera de la evolución del conflicto y unos Estados Unidos que le sonríen a Europa y a Israel ofreciéndoles impunidad, una escalada en cualquier frente de Oriente Medio podría significar un conflicto mayúsculo, probablemente el más importante de la historia en esa región y, si se decide intervenir, en el Mundo.
Queda por ver cómo avanzan los ataques hutíes en el estrecho de Bab El Mandeb como principal conflicto secundario en la región, ya que parece que el conflicto en Palestina se está enquistando. Netanyahu no tiene prisa, a pesar de que su objetivo sea "eliminar a Hamás de la faz de la tierra", pues el líder israelí sabe que, una vez terminado su trabajo, pasará el resto de su vida entre rejas o tribunales.
Irán continúa reflexionando sobre su posible intervención, y mantiene su postura ante el acoso israelí en las fronteras del Líbano. Aun así, ya es el principal enemigo de EE.UU. y Reino Unido. Un enemigo que se combate en las sombras, como se observa en cada ataque menor a comandantes o miembros de la alianza.
Los principales afectados en esta situación son los civiles, Independientemente de su nacionalidad, mueren sin recibir un juicio justo, una alimentación o un trato médico dignos o sin ni siquiera tener la posibilidad de huir de una tierra a la que no volverán. Según el Ministerio de Salud que controla Hamás, 26.422 palestinos han muerto desde el 7 de octubre y 65.087 han sido heridos; Las fronteras del Líbano continúan sufriendo ataques y maltratos por parte de las fuerzas armadas de Israel, pero ante las consecuencias, se hace el silencio; También Cisjordania sufre el acoso de Israel, a pesar de no ser parte del Eje.
La coalición espera pacientemente, aunque con el cuchillo entre los dientes ante las órdenes de Irán. Todo se decidirá dependiendo de cuanto quieran arriesgar por conservar su prestigio en el Medio Oriente, por una parte, y en occidente, por la otra.
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